Es una milenaria
técnica de masaje energético desarrollada en Japón y mundialmente extendida en
la actualidad debido al gran número de beneficios que aportan tanto al nivel corporal,
mental y energético; tratando al ser humano como un ser holístico donde debe
considerado como una unidad y proporcionarle
las herramientas para estimular
su propia capacidad de autocuración.
Shiatsu, de origen japonés, significa literalmente “Shi” (dedo) y “atsu”
(presión), es un método que se basa en el masaje por presión con las manos y
los dedos consiguiendo así combatir el desequilibrio energético vital del
cuerpo y la mente.
El shiatsu se basa en un principio por el cual el estado de
salud de una persona dependerá en gran medida de cómo fluya su energía vital a lo largo de su
cuerpo, proceso que se realiza a través de unos canales denominados meridianos. Su esencia también
radica en conseguir que mantengamos el cuerpo en una posición correcta y que
realicemos tanto nuestros movimientos como nuestra respiración de una manera consciente y
precisa.
Aunque sus raíces son muy antiguas, el potencial terapéutico del shiatsu
fue redescubierto en Japón a principios del siglo XIX, fue el japonés Takujiro Namikoshi en 1912,
quien elaboró el método actual de shiatsu (para tratar la artritis reumatoide
que padecía su madre) al combinar las técnicas tradicionales y los conocimientos
fisiológicos y anatómicos de la medicina
occidental.
El shiatsu llegó a ser reconocido por los ministerios de sanidad y de
adecuación de Japón siendo hoy en día difundido por todo el mundo.
El Ministerio de Salud Pública de Japón lo define como una forma de
manipulación aplicada con los pulgares, los dedos y las palmas de las manos,
sin ayuda de instrumento alguno, para ejercer una presión sobre la piel con
vistas a corregir trastornos internos, promover la salud y tratar determinadas
enfermedades.
El objetivo de la terapia shiatsu es hacer fluir el ki
(energía vital) que pasa por los meridianos (canales energéticos) y tsubos
(puntos), y ayudar así a restablecer el equilibrio global de la persona y del
problema. Determina los puntos del cuerpo que son más efectivos en cada
tratamiento desde el punto de vista
anatómico y fisiológico desarrollando así las técnicas más eficaces para cada
parte del cuerpo. Teniendo esto en cuenta, si se aplica cierta presión sobre
dichos meridianos mediante las palmas y los dedos de las manos, sobre todo los
pulgares, podremos reconducir y mejorar la circulación de la energía de forma
natural en nuestro organismo logrando así la perfecta armonía entre cuerpo,
mente y espíritu, lo cual, a su vez, hará que nuestro estado de salud sea mucho
mejor.
Entre los beneficios del Shiatsu
están:
- Adquirir conciencia corporal
- Vitalidad
- Mejorar la circulación venosa y linfática
- Mejorando así el aspecto de nuestra piel
- Equilibra la postura
- Alivia el estrés
- Alivia el dolor, el síndrome menstrual,
- Alivia los dolores del parto
- Ayuda a inducir el parto pasado de fecha
- Mejora el sistema nervioso
- Mejora el sistema endocrino
- Mejora el sistema reproductivo
- Previene problemas gastrointestinales
- Estimula el sistema inmune
- Previene enfermedades
- Equilibra los meridianos y por ende los distintos órganos del cuerpo.
En la práctica se ve una actividad suave, tranquila, relajante, ya que esta
es la base para hacer cambios y mejoras, para llegar a un nivel profundo de
escucha y comunicación, para llegar a un estado de integración cuerpo-mente. Aunque
la técnica que más se emplea sean las presiones, también se usan
movilizaciones, balanceos, amasamientos, percusiones, estiramientos y
conexiones.
Es normal que después de una sesión de Shiatsu puedan aparecer reacciones o
sensaciones no habituales, esto es debido a los ajustes internos del cuerpo y
acabarán desapareciendo en unas horas.
En general se dirige a todas aquellas personas que quieran prevenir, mantener
o mejorar su estado de salud y que tengan interés en aprender la técnica para aplicarla
en otras personas.
El shiatsu no es lo un remedio para el que recibe masaje sino que también
lo es para el que lo aplica; Por ello “el masajista” debe realizar unos
ejercicios previos para relajar su cuerpo y su mente y así obtener los
beneficios que nos proporciona el shiatsu. Para dar el masaje ambos deben tener
ropas flojas y cómodas que permitan la fluidez energética, el contacto
y los movimientos tanto de la persona que recibe el masaje como la
persona que como lo aplica.
Con el shiatsu seremos más conscientes de nuestra respiración y aumentaremos nuestra capacidad pulmonar, seremos capaces de conectar con nosotros mismos,
conseguir esos momentos de desconexión y serenidad que tanto necesitamos para
reponer fuerzas del ajetreado modo de vida actual y restablecer la salud.
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